sábado, 7 de noviembre de 2009

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Cómo saber, dentro de cada círculo, dentro de toda la bruma que te llena ese escote que morís por usar. Cómo creer tus palabras.

En el fondo de ese tarro interno que tenés por alma, conocés lo oscuro de mi voz, de mis pupilas. Y dejás caer así toda tu árida bondad, con ese porte falso de reina malvada. Y yo me río, con todo el perdón que supe dar... Pero no mires tan de cerca, mi amor. No cruces el bosque; aquí esa sombra está siempre latente. Ese temor certero que desoís: Mi malignidad innata, princesa. Todas las rosas están envenenadas.

1 comentario:

• Luthien • dijo...

jajajajajaja es feo este texto.
iba a decir que es malo, pero por el momento no le pegó a nadie.