martes, 22 de septiembre de 2009

Pero llegaste claro, en cualquier orilla. con el viento y las cuerdas, y el eco que resulta; que nace, que brota en las calles. como un dragón dorado de espuma, que siempre llama desde dentro. que nunca dejará de resonar bajo los cielos, en la ciudad; detrás de la sangre.

y nunca dejes que las ondas, en las aguas, en las hadas. te arrasten lejos, charly.

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